A seguir trabajando

En el día de hoy los políticos tradicionales se presentan ante los medios para valorar con algo más de frialdad los resultados y para agradecer a sus votantes el haber confiado su voto a sus candidaturas. Yo no agradezco nada.
Ayer en Palma de Mallorca 374 personas depositaron su voto en el interior de una urna con la papeleta de “Por un mundo más justo”. Pido perdón porque no hayan sido más personas. Y no se lo pido a esas 374 personas, ni a todos los ciudadanos de Mallorca. Lo hago a los millones de personas que ayer morían mientras Mariano Rajoy estaba eufórico de alegría por revalidar y aumentar la mayoría de su partido y a los que lo han hecho hoy mientras el Presidente Zapatero afirmaba estar igual de contento que el Partido Popular y que “ésta es una de las cosas buenas de la democracia”.
Yo hoy no puedo estar contento, no quiero entrar en valoraciones estúpidas de si hemos aumentado el número de votos respecto a las elecciones anteriores. Mi verdadera preocupación como ciudadano es luchar porque el mundo sea cada vez más justo y la pobreza y los millones de personas que la sufren pasen a la historia como un mal recuerdo.
Hoy es igual que ayer. Hoy millones de personas se despiertan sin nada que comer, sin un techo bajo el que dormir, sin una inyección para evitar una muerte segura, sin una escuela en la que poder recibir una buena formación que les permita soñar con un futuro más próspero. Hoy al igual que ayer seguimos viviendo en un mundo que no es justo y por eso hoy al igual que mañana debemos seguir teniendo el objetivo bien claro: el fin de la pobreza es una decisión política.